Wednesday, February 17, 2021

MATERIALES PARA LA HISTORIA DE LA POESÍA PERUANA XX: EDUARDO CHIRINOS

 Un entrevista a Eduardo Chirinos en 1983

Por José Antonio Mazzotti


Hoy, 17 de febrero del 2021, se cumplen cinco años de la partida del entrañable amigo y extraordinario poeta Eduardo Chirinos, a quien conocí en 1978, cuando ambos deambulábamos medio perdidos en los pasillos del Pabellón de Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú, a la que habíamos ingresado al mismo tiempo. La conexión y la amistad fueron inmediatas. Junto con César Ángeles, César Jordán, Ciro Alegría Varona y Raúl Mendizábal, entre otros, formamos una pequeña red de poetas y escritores en ciernes que a los pocos años organizarían recitales masivos y publicarían revistas como Trompa de Eustaquio y Calandria, aparte de obtener los primeros premios en los Juegos Florales de la misma universidad y de San Marcos. Eran los inicios de la Generación del 80.

Al graduarme, conseguí un pequeño trabajo, que era realizar y editar una serie de entrevistas radiales a poetas jóvenes para el Centro de Teleducación de la Universidad Católica (CETUC) en el otoño de 1983. Realicé veinticuatro entrevistas y dirigí su producción semana a semana durante esos divertidos meses. Eduardo fue uno de los entrevistados. Los microprogramas (entre diez y catorce minutos cada uno) se emitieron al poco tiempo en el programa "Cultura Viva", que dirigía el crítico teatral Hugo Salazar del Alcázar en Radio Filarmonía. Muchos años después, cuando ya daba por perdido ese material, el investigador Diego Portilla Miranda lo rescató de los archivos de la PUCP y ha ido colocando las entrevistas en Youtube (ver aquí). La de Eduardo revela muchas cosas notables sobre su relación con la poesía, en un momento en que estaba publicando su segundo libro, Crónicas de un ocioso (Lima: Trompa de Eustaquio Editores, 1983), ganador del primer premio de la Municipalidad de Lima en 1982. Como señalé en la contratapa, se trata de un libro en que destacan el "desarraigo familiar, social, amoroso; problemas comunes no sólo a una generación, sino a la condición general de lo que significa ser poeta en un país como el Perú, en que la honestidad con el oficio literario lleva a la automarginación y al trabajo solitario y paciente". Aquí la entrevista:


Con Eduardo mantuvimos un contacto continuo, incluso durante su viaje a España entre 1986 y 1988 y a mi salida del Perú este último año. Luego él y su esposa Jannine Montauban se mudaron a los Estados Unidos en 1993, pero la amistad nunca se interrumpió. Eduardo se convertiría con el tiempo en uno de los poetas hispanoamericanos más importantes. Falleció víctima del cáncer a los 55 años en Missoula, Montana, donde era catedrático de literatura latinoamericana.

En este aniversario lo recordamos con profundo cariño, quizá cada vez más grande.


Una foto de los "Tres Tristes Tigres" (Eduardo Chirinos, José Antonio Mazzotti y Raúl Mendizábal) en el diario La República, 1983.


Crónicas de un ocioso, segundo libro de Eduardo Chirinos, 1983.

Una mirada de conjunto a la poesía de Eduardo Chirinos puede encontrarse en mi artículo "Los cuadernos de colores de Eduardo Chirinos", que forma parte del libro Memoria del Perú: Actas del Octavo Congreso Internacional de Peruanistas (2018).

Tuesday, February 2, 2021

MATERIALES PARA LA HISTORIA DE LA POESÍA PERUANA XIX: DE PULGUITAS, RACISTAS Y SEXISTAS


DE PULGUITAS, RACISTAS Y SEXISTAS

Por Giancarla Di Laura

(publicado en su página de Facebook 
el domingo 31 de enero del 2021)



Blanca Varela


Me parece increíble que todavía haya quienes amparan, directa o indirectamente, el racismo y el sexismo en el Perú, sobre todo entre las intelectuales, con tal de llevar adelante sus agendas personales. Eso es lo que se desprende de la apología que hacen las editoras de la revista “Casa de Citas” de la famosa entrevista a la poeta Blanca Varela publicada en marzo del 2005 que tanto revuelo ha causado desde hace unos meses.

La desenterraron en julio pasado un grupo de poetas y narradores solamente para manchar la memoria de Eduardo Chirinos (fallecido el 2016) y de paso difamar a uno de los intelectuales más reconocidos del Perú, el Dr. José Antonio Mazzotti, quien además es mi amigo y colaborador en varios proyectos editoriales. Él me pidió que no respondiera nada sobre el asunto, pero el último artículo aparecido en la publicación online llamada “laperiodica” el pasado 28 de enero, defendiendo esa entrevista, ya colma el vaso de mi paciencia, pues practica un rotundo ninguneo contra mi trabajo intelectual, típico del peor machismo, aunque esta vez ejercido por mujeres. Ahora les explico.

Las mencionadas editoras admiten el 28 de enero que un poema juvenil de Blanca Varela, “Muchachita negra”, de 1945, es incuestionablemente racista. Cualquiera que lo lea se dará cuenta. 

Sobre esto escribió la poeta y activista afroperuana Mónica Carrillo el 30 de agosto del año pasado, y las editoras de “Casa de Citas” la avalan. Pero lo que no mencionan por ningún lado es que desde mi columna dominical en Facebook yo fui la primera que señaló en detalle las carencias ideológicas del poema de Varela, al menos desde el 9 de agosto y en dos ocasiones. En esta columna mía, una de las editoras de “laperiodica” salió a defender a capa y espada el susodicho poema de Varela, intentando negar su racismo, pero terminó callándose ante la evidencia.

En la entrevista del 2005, Varela se despacha de manera prepotente contra varios intelectuales jóvenes, llamándolos “deshonestos” y “pulgas” de la academia por haber hecho carrera en universidades norteamericanas. De paso, Varela expresa en la entrevista frases como “el indígena está corrompido porque aspira a cosas que no son de él, aspira a algo que no le corresponde”, en flagrante racismo, o que “todas las mujeres son putas”. Así de simple. Discúlpenme, por favor, pero yo no lo soy.

Además, decir que esa frase tan sexista es “ejercicio de la libertad sexual y afectiva” de las mujeres es hacerse de la vista gorda sobre la terrible explotación que sufren las llamadas trabajadoras sexuales, sobre todo en el capitalismo, donde son día a día despreciadas, maltratadas y hasta asesinadas. Bastante infantil esa idealización de la “Casa de Citas” y esa generalización gruesa sobre el deseo sexual de las mujeres, como si todas cobraran y al hacerlo, de paso, disfrutaran de ese intercambio.

Por último, a las tres editoras de “Casa de Citas” y las otras tres de “laperiodica” (“proyecto fiminizi” según celebran ellas mismas) parece olvidárseles que en su mayoría son académicas, y dos de ellas en universidades norteamericanas. Calificar de “pulgas” a sus mayores varones las convertiría a ellas, ipso facto, en “pulguitas”, por seguir sus pasos.

Ya dejen de ningunear y empiecen a darle crédito a la gente que se lo merece. El trabajo serio de una crítica literaria es indagar exhaustivamente en las fuentes y reflexionar sobre todo lo que se ha dicho del tema. Sean consecuentes y por favor no maleteen el feminismo, sororas, con una notoria falta de rigor puesta al servicio de sus conflictos personales y, para colmo, glorificando la prostitución. Así no es la cosa.

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Para el artículo sobre “Muchachita negra”, de Mónica Carrillo, ir a este enlace .

Ver también, de Mazzotti, su artículo "Normalizando la diatriba" del 23 de diciembre último.

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Addendum del 8 de febrero del 2021

En su columna de "El Gran Combo Club", de Facebook, Silvio Rendón publica el 8 de febrero la siguiente nota, respaldando el trabajo de Giancarla Di Laura y Mónica Carrillo: 

Grancomboclub.com

Giancarla Di Laura hace un acertado análisis crítico de un poema de Blanca Varela llamado "Muchachita negra", de evidente metáforas racistas, a lo Jim Crow.

Mónica Carrillo hace lo propio, en una forma muy solvente.

Las reacciones no se dejan esperar en redes sociales. Que lo de Di Laura va con segunda: "es una amiga de Mazzotti" y su análisis no es más que una vendetta de éste contra Blanca Varela y sus seguidoras que la entrevistaron hace tiempo y en que se expresó mal de Mazzotti.  Mazzotti quiere bajarse a Varela por esa entrevista. El ad Mazzotti es lo que queda, pues los argumentos para "contextualizar" a Varela no funcionaron. 

A Carrillo también le cae, le dan su par de palmaditas en la espalda y la dejan ir. Su análisis es hecho "desde el testimonio". Se deja un largo silencio de redonda.

A Carrillo no se la toman en serio como intelectual. A Di Laura simplemente la ignoran.

Bajo esta visión, a quien le responden es al supuesto dueño del circo, Mazzotti.

Teresa Cabrera le responde a Mazzotti. Ni una palabra sobre Di Laura, ni una palabra sobre Carrillo. Todo gira alrededor de una entrevista a Blanca Varela en que ésta descalifica a Mazzotti.

José Antonio Mazzotti le responde a Cabrera.

Ex Casa de Citas ( Claudia A. Arteaga, Olga Rodríguez-Ulloa y Luz Vargas - Fernando Toledo, quien editó la entrevista, se sumó a Casa de citas varios meses después) le responden también a Mazzotti. Este grupo ignora del todo a Di Laura, y menciona condescendientemente a Carrillo como una persona instrumentalizada: "Los laureles poéticos se reservan exclusivamente a la escritora Mónica Carrillo por su crítica a Varela, siguiendo un cálculo literario."

¿Cálculo literario? Curioso término.

Y lo otro es que hay una "nueva coyuntura"  por "el debate en redes sobre el discurso racista que atraviesa el poema “Muchachita negra” de Varela y que motiva la necesaria nota deconstructiva de Mónica Carrillo" 

Pero luego resulta que  "Mazzotti se cuelga de este contexto para....." su propia agenda.

Es decir, hay una "nueva coyuntura" en la lógica de la misma bronca. No hay un aporte de dos intelectuales que tiene su propia lógica y su propia centralidad. 

El tema es que  esa supuesta "nueva coyuntura" fue desencadenada por Di Laura, pero ni la mencionan. 

Ante eso, sale la indignada respuesta de la misma Di Laura que reproducimos a continuación, y sobre lo cual no tengo mucho más que agregar salvo un breve comentario.

Leí esa entrevista y definitivamente Varela no da un mensaje muy positivo. Lanza mierda con ventilador a mucha gente y con mucha ligereza. Parece un troll. Harta descalificación personal que no se condice con su trayectoria literaria u otras declaraciones públicas. Lo alucinante es el poder de esas palabras y cómo acaban de munición en una guerra de trasfondos literario-personales.

Si vamos a hablar de "colgarse de Varela" o "colgarse de Carrillo", de ninguna manera pondría una entrevista en general, y esa entrevista en particular, al mismo nivel que los prolijos análisis desconstructores de Giancarla Di Laura y Mónica Carrillo. Análisis tan prolijos, que finalmente nadie se ha atrevido a contradecirlos en serio; sólo a desmerecerlos y rebajarlos una agenda personal con motivaciones ulteriores fuera del tema de análisis. Es un trato injusto para estas dos intelectuales.

1.

"Hoy domingo, en mi habitual columna, comparto mi reacción ante el acostumbrado ninguneo, pero esta vez aplicado por las mujeres mismas, mis sororas en el Perú.

DE PULGUITAS, RACISTAS Y SEXISTAS

Por Giancarla Di Laura

Me parece increíble que todavía haya quienes amparan, directa o indirectamente, el racismo y el sexismo en el Perú, sobre todo entre las intelectuales, con tal de llevar adelante sus agendas personales. Eso es lo que se desprende de la apología que hacen las editoras de la revista “Casa de Citas” de la famosa entrevista a la poeta Blanca Varela publicada en marzo del 2005 que tanto revuelo ha causado desde hace unos meses.

La desenterraron en julio pasado un grupo de poetas y narradores solamente para manchar la memoria de Eduardo Chirinos (fallecido el 2016) y de paso difamar a uno de los intelectuales más reconocidos del Perú, el Dr. José Antonio Mazzotti, quien además es mi amigo y colaborador en varios proyectos editoriales. Él me pidió que no respondiera nada sobre el asunto, pero el último artículo aparecido en la publicación online llamada “laperiodica” el pasado 28 de enero, defendiendo esa entrevista, ya colma el vaso de mi paciencia, pues practica un rotundo ninguneo contra mi trabajo intelectual, típico del peor machismo, aunque esta vez ejercido por mujeres. Ahora les explico.

Las mencionadas editoras admiten el 28 de enero que un poema juvenil de Blanca Varela, “Muchachita negra”, de 1945, es incuestionablemente racista. Cualquiera que lo lea se dará cuenta. Sobre esto escribió la poeta y activista afroperuana Mónica Carrillo el 30 de agosto del año pasado, y las editoras de “Casa de Citas” la avalan. Pero lo que no mencionan por ningún lado es que desde mi columna dominical en Facebook yo fui la primera que señaló en detalle las carencias ideológicas del poema de Varela, al menos desde el 9 de agosto y en dos ocasiones. En esta columna mía, una de las editoras de “laperiodica” salió a defender a capa y espada el susodicho poema de Varela, intentando negar su racismo, pero terminó callándose ante la evidencia.

En la entrevista del 2005, Varela se despacha de manera prepotente contra varios intelectuales jóvenes, llamándolos “deshonestos” y “pulgas” de la academia por haber hecho carrera en universidades norteamericanas. De paso, Varela expresa en la entrevista frases como “el indígena está corrompido porque aspira a cosas que no son de él, aspira a algo que no le corresponde”, en flagrante racismo, o que “todas las mujeres son putas”. Así de simple. Discúlpenme, por favor, pero yo no lo soy.

Además, decir que esa frase tan sexista es “ejercicio de la libertad sexual y afectiva” de las mujeres es hacerse de la vista gorda sobre la terrible explotación que sufren las llamadas trabajadoras sexuales, sobre todo en el capitalismo, donde son día a día despreciadas, maltratadas y hasta asesinadas. Bastante infantil esa idealización de la “Casa de Citas” y esa generalización gruesa sobre el deseo sexual de las mujeres, como si todas cobraran y al hacerlo, de paso, disfrutaran de ese intercambio.

Por último, a las tres editoras de “Casa de Citas” y las otras tres de “laperiodica” (“proyecto fiminizi” según celebran ellas mismas) parece olvidárseles que en su mayoría son académicas, y dos de ellas en universidades norteamericanas. Calificar de “pulgas” a sus mayores varones las convertiría a ellas, ipso facto, en “pulguitas”, por seguir sus pasos.

Ya dejen de ningunear y empiecen a darle crédito a la gente que se lo merece. El trabajo serio de una crítica literaria es indagar exhaustivamente en las fuentes y reflexionar sobre todo lo que se ha dicho del tema. Sean consecuentes y por favor no maleteen el feminismo, sororas, con una notoria falta de rigor puesta al servicio de sus conflictos personales y, para colmo, glorificando la prostitución. Así no es la cosa.

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(Para el artículo sobre “Muchachita negra”, de Mónica Carrillo, ir a: "Sobre la fragilidad blanca y la boca de sandía A propósito del poema “Muchachita negra” de Blanca Varela"

Ver también, de Mazzotti, su artículo “Normalizando la diatriba”, del 23 de diciembre último.

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2. 

"La Casa de Citas responde a un crónico desenterrador de polémicas"

Por Ex Casa de Citas

Publicado el 27 de enero


3.

"NORMALIZANDO LA DIATRIBA"

Por José Antonio Mazzotti

Publicado el 23 de diciembre del 2020


4.

"Viejas locas: Blanca Varela, autorización y desvarío"

Por Teresa Cabrera

Publicado el 7 de diciembre del 2020



MATERIALES PARA LA HISTORIA DE LA POESÍA PERUANA XXXVI: CIELO EXHAUSTO, DE JUAN JOSÉ SOTO

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